A veces lo más difícil y lo correcto, es lo mismo…
-Anónimo
Hacemos cosas todos los días. Unos más, otros menos, pero todos no las pasamos haciendo algo. Lo que haces, seguro tiene que ver con el trabajo, el estudio, lo social, el placer, hobbies, deporte, etc.
Pero después de sacar, todo eso, ¿Cuántas cosas haces en tu vida, que valen la pena?
Hacer cosas que valgan la pena, no es simplemente hacer algo grandioso o inalcanzable. Más bien, se trata de hacer algo, que tenga que ver con emoción, satisfacción, dedicación, y hasta dulzura, a pesar de cualquier pesar.
Hacer cosas que valen la pena, comienza todo por saberlas identificar, separando de tu rutina y la cotidianidad, acciones que dirigen tu vida, hacia un tipo diferente de bienestar y riqueza espiritual.
Cuando te enfocas en hacer cosas que valen la pena, tu manera de pensar se enriquece, pues el disfrutar comienza a suavizar en tu corazón, cualquier dificultad o reto.
Tu sentido de orgullo incrementa la autoestima, y te da un valor de seguridad y confianza, en ti mismo, que supera cualquier escala. Eso te da la fuerza para meterle el pecho, como decimos en criollo, a cualquier cosa. Desde algo tan trivial como alimentarte mejor, o rebajar de peso (por salud), como dejar tu trabajo actual, por algo mejor, o por lo que siempre has deseado.
Cuando te enfocas en hacer cosas que valen la pena, alimentas tu sentido de superación, convirtiéndote en tu mejor propio ejemplo, en cada vez una mejor versión de ti mismo (y por qué no, hasta en modelo para otros)
No hay nada más valiente, que decidir dejar algo que te hace daño.
No hay nada más admirado, que superar cualquier obstáculo, que muchos consideran imposible.
No hay nada más espectacular, que ser el primero en atreverte a algo.
No hay nada más satisfactorio, que decidir lo que pocos se atreven.
Esas cuatro reflexiones mencionadas, te proyectan hacia lo mejor, prueban que estás hecho para los retos, no solo para superarlos, sino también para comenzarlos. Mucha gente se fascina por el final de muchas cosas. Los actos heroicos, están al principio de todo, cuando decides cambiar algo por otra cosa mejor.
Hacer cosas que valen la pena, te hace diferenciar del promedio, ya sea por lo original, o simplemente porque lo haces. Hay mucha gente que haces cosas, pero no las disfrutan. Hay mucha gente que está en el sitio que no le gusta estar, pasando mucho tiempo en ese sitio. Hay mucha gente que desea algún día hacer lo que le gustaría hacer algún día.
Para hacer que algo valga la pena, simplemente lo tienes que identificar, en tu escala de valores. Cualquier cosa puede valer la pena, si tiene algún significado en tu corazón. El asunto está en la cantidad de esas cosas que haces, que llenan tu alcancía de satisfacción. Hay que tener esa especie de sabiduría interna, para identificarlos, en la mayor cantidad de áreas de tu vida, y hasta rutina, e incorporar a ese deseo, hechos que con mucha disciplina y dedicación, dibujen una nueva realidad.
Las cosas que valen la pena, siempre están rodeadas de recompensa. Por ejemplo, llegar puntual, te da respeto. Saludar a cualquiera, te hace popular. Sonreír, alegra las almas. Nutrirte de hobbies, espanta el aburrimiento y alimenta la oportunidad.
Cuando te dedicas en hacer cosas que valen la pena, nutres la bondad del esfuerzo, enriqueces tus músculos de la constancia y alimentas la posibilidad de la oportunidad. Incrementas el valor de hacer cosas con ganas; el valor de sentir orgullo por ti mismo; y el valor de convertirte en una mejor marca personal.
Para poner en prueba tu agilidad para cambiar, simplemente, en una hoja en blanco escribe las respuestas a las siguientes preguntas:
1.- Tres cosas por las que vale la pena luchar.
2.- Tres cosas que sabes tienes que dejar de hacer.
3.- Tres cosas que tienes que hacer, que te harán mejor.
4.- Y, finalmente, tres cosas que algún día deseas comenzar, pero que pueden iniciar desde ya.
La vida es así de simple. Ya tienes doce cosas, que tienen la pinta de valer la pena en tu existencia. Recuerda, la única cosa que no se puede recuperar nunca, hagas lo que hagas, se llama tiempo. Y el alma está hecha del amor que compartimos. Si lo que haces no vale la pena, se te está escapando el tiempo, y tu alma se está marchitando. Llena los segundos de satisfacción, alimenta tus deseos con lo que te hace sentir, y llena de color tu vida. Recuerda: nacimos para brillar.
Dicen que hay que ver para creer. Pues, entonces, agarra un espejo y cree en ti mismo…
Juan Carlos Caramés Paz
Experto en Creatividad, Autor, Conferencista, Asesor y Consultor.
Con más de 20 años al servicio de más de 800 empresas y 1.500.000 seres humanos formados. Más de 50.000 horas de facilitación. Más de 3.500 conferencias dictadas en: Venezuela, Panamá, Guatemala, Costa Rica, Estados Unidos, Colombia, México, Argentina, Perú, Dubai.