“El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son”…

Tito Livio

Todos tenemos deseos y sueños, pero hay una gran cantidad de ellos que se quedan, como muchas veces decimos, en el tintero. El día a día y la rutina, pueden ser agentes que se encarguen de eso. Pero hay más elementos, que hacen que te conviertas en un conformista de lo que eres y de lo que alcanzas, en el día a día.

Los deseos son importantes, para el cambio y cualquier mejora en la vida. Pero un deseo, por sí solo no hace nada, y menos milagros. Si el deseo no viene acompañado de acción, de cualquier tipo, nada pasará en la vida, y todo seguirá igual.

Para impulsar tus deseos y convertirte en lo que te atrevas, es bueno entrar en una reflexión filosófica, que te puede hacer reaccionar, y comenzar a desarrollar una historia diferente personal…

Primera reflexión: Lo que no intentas, queda para quien sabe…

Cuántas veces has pensado o escuchado el comentario “Yo ya lo había pensado”, o, “Eso yo lo pensé primero”, cuando ves que alguien hizo algo, que sale de lo normal o rutinario, y que estaba a tu alcance de hacer o solucionar.

Siempre lo que no te atrevas, se convierte en oportunidad para otros, hoy, mañana o pasado. Es tu responsabilidad medir el costo de oportunidad, de regalarle a la eternidad la ocasión, que tú estás dejando pasar, por el motivo que sea, y cuando sea.

La historia es de protagonistas, no de intenciones. El presente se labra con tu capacidad de llenarte las manos de barro.

Evita ser de esos, que deja las cosas para algún día, en esos calendarios que se hacen para la eternidad (lo cuales no existen, y ni se han inventado).

Segunda reflexión: Lo que no te atreves, quizás otro lo hará…

Aquí deseo introducir una ley universal: “Lo que tú no haces, otro, seguro, si lo ejecutará”. Siempre es así, y por la eternidad permanecerá.

Ser protagonista de tu destino, es un privilegio que tenemos todos, no los hemos ganado por el maravilloso milagro de haber nacido.

Somos muchos, los que estamos en este mundo, y muchos de nosotros estamos deseosos de hacer lo que otros sueñan, sin hacer nada, y lo que otros critican de otros, sin atreverse, también, a nada.

Si tienes algo en mente, comienzas de una vez. El universo tiene voces silenciosas, que hacen que otros escuchen tus sueños, anhelos e ideas.

Por eso, atrévete de una vez.

Tercera reflexión: Lo que nadie puede, espera por un héroe anónimo…

Hay mucha gente que le gusta esperar; a otros actuar…

Hay mucha gente que le encanta observar; a otros protagonizar…

Hay mucha gente que cree no poder; otros simplemente intentan…

Hay mucha gente que critica, y solo se dedican hacerlo, de paso,  para aquellos que se atreven.

Para esos que sólo esperan, observan, no pueden y critican, están los que actúan, protagonizan, intentan y se atreven, en hacer lo que a muchos se les ocurre.

Todo lo que tú dejes por soñar, lo harán otros; todo lo que dejes de hacer, seguro otros lo intentarán; todo lo que hagas medio bien, otros lo harán mejor; para todo lo que no hagas, estarán otros. Resérvate tus comentarios, cuando veas en otros, lo que pudiste hacer tu.

Eres la sombra o la luz para ti mismo, y para otros. Sólo tú decides.

Cuarta reflexión: Lo que no haces, puede quedar en el nunca más…

Ya sabemos que lo que nunca te atrevas, alguien seguramente lo hará, pero si por alguna razón nadie lo hace, eso pasará al nunca más. Es un trabalengua, que quiere decir algo muy sencillo: Lo que nadie, nunca hará, pasará a la nada, como el “Nunca Jamás”, de la película de Peter Pan.

Pero lo que nadie nunca intentará se diferencia mucho, de lo que “TÚ” sabes nunca harás. “TÚ” si lo sabes, y eso se convertirá en un remordimiento que seguro te llevarás a la tumba y lo cargarás por la eternidad.

Haz que el atrevimiento dibuje el arte de tu vida.