Finaliza toda una obra de vida de trabajo. Llegó el momento del retiro tan ansiado, para ir a disfrutar mis días restantes, decía un albañil de una prestigiosa compañía constructora. Ahora viviré distinto, compartiré más con mi familia.

Llegó la hora de entregarle el cheque final por sus prestaciones y todo su paquete corporativo. El albañil comentaba, “extrañaré mi cheque mensual”, pero necesito retirarme. Me acostumbraré a realizar otras cosas.

Su jefe sentía que su mejor empleado dejaba la compañía y le pidió un gran favor: “Necesito un último trabajo. Debo construir y entregar una casa a un amigo especial”.

El albañil accedió, pero se observaba fácilmente que no estaba poniendo el corazón habitual en su trabajo. No mostraba el interés que siempre irradiaba. Utilizaba materiales de inferior calidad y no los mezclaba de manera correcta. Era una desafortunada manera de terminar su carrera.

Cuando el albañil terminó su trabajo y su Jefe fue a inspeccionar la casa, éste le extendió al albañil las llaves de la puerta principal.

“Esta es tu casa”, dijo, “es un regalo para ti.”

Qué tragedia, que pena, si solamente el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera totalmente diferente.

Ahora tiene una casa que no está construida de la mejor manera. Vivirá en ella, se la regalará a un hijo, se la obsequiará a su madre. No importa lo que pase, nunca será la mejor casa.

Espero que esta historia no se parezca en nada a tu vida. Existen personas que a medias hacen cosas a medias. A veces ni saben lo que hacen.

El consejo de esta historia es muy sabio: “Comienza el fin como culminaste el comienzo”. No descuides el final como iniciaste el principio. Nuestro proyecto de vida no tiene final. Hasta el último segundo del respirar tenemos oportunidades de oro porqué brillar.

Tú construyes la casa que te mereces. Recuerda que en ella están los cuartos de tus hijos y  el de tu esposa.  Ellos reciben lo mismo que tu das. Debemos construir con sabiduría, como si fuera para nosotros. Cada día martillamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. Es la única vida que podemos construir. Inclusive si solo la viven por un día más, ese día merece ser vivido con gracia y dignidad.

La placa en la pared dice: “La Vida Es Un Proyecto de Hágalo-Usted-Mismo”.

   ¿Quién podría decirlo más claramente?

   Tu vida ahora, es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado.

   Tu vida mañana será el resultado de tus actitudes y elecciones hechas HOY!