¿Tienes deudas pendientes con tu Alma?

La mejor definición de solvencia, es tener un alma sin deudas emocionales…

Todo el mundo conoce el significado de la palabra “Deuda”, y si consultas en wikipedia, te sorprenderá la cantidad de los tipos, de conceptos,  que ellos describen. Para entenderlo de la manera más simple, deuda es un compromiso que tienes por algo, con alguien o contigo mismo.

Ese compromiso, que tiene un plazo de cumplimiento, si no se paga, puede generar intereses. Si es una deuda por algo material, la fórmula para calcularlo es muy sencilla, y hasta existen múltiples técnicas, para generarlo.

Pero que pasa… ¿Cuándo la deuda no es por algo material, sino espiritual, mental, moral o relacional? Allí se complica la técnica matemática para calcular el interés de incumplimiento. Lo que sí es cierto, es que el interés que se paga, por un tipo de deuda así, es más elevado y en consecuencias, muchas veces, incalculable.

Por ello pregunto ¿Tienes deudas pendientes, con el Alma?

Ese tipo de deuda, puede tener consecuencias para tu salud, ya que al no pagarla, puedes entrar en una dinámica emocional, que genera desequilibrio espiritual.

Cuando la deuda se genera, por ejemplo, por un conflicto emocional, dedicas tanta energía a ello, te concentras tanto en la situación vivida pasada, pero intensa, que produces un desgaste interno emocional, que desubica el magnetismo del flujo energético de tu cuerpo. Ello puede afectar el funcionamiento de cualquier órgano vital, generando una cadena de eventos, que seguro finalizará con el comienzo de una pequeña enfermedad. De seguir aumentando el interés por la falta de cerrar el pago emocional, esa pequeña enfermedad, se transformará en un potencial devastador cuadro viral.

Las deudas emocionales, son pagables, a través de varios instrumentos financieros. Uno de ellos, se llama “Perdón”, al dejar en el pasado esa situación que te produce un intenso dolor en el corazón. Otro instrumento, se llama “Olvido”, dejando para nunca más recordar, ese momento, esa situación que produjo una fisura en tu alma.

Es importante tener siempre en mente, que la mayoría de nuestras deudas emocionales, se producen por tu manera de pensar, de interpretar la realidad de los momentos vividos. Es como una especie de lupa, que ponemos a lo que nos pasa, exagerando a veces las consecuencias de lo que interpretamos. No olvidemos que una lupa, si no cambia su ángulo, con un rayo de luz, en un corto tiempo,  puede quemar imposibles.

Si la deuda emocional no tiene consecuencias para la salud, entonces puede hacerte cada día, casi invivible.

Hay gente, que todos los días se reprocha lo mismo y lo mismo, nunca aceptando la realidad que le rodea, convirtiéndose en el quejón más profesional de la existencia divina humana.

Hay gente, que todos los días exagera tanto sus miedos, que hasta a su propia sombra le tiene miedo. Es tanto así, que ya ni cree en sí mismo, ni en nadie más. Cuando ya no crees en ti mismo, es la máxima señal de pobreza humana.

Tenemos que entender, cada día, que nuestros miedos y temores, siempre serán más pequeños que nuestras habilidades. Esta afirmación es uno de los principales instrumentos para pagar, con creces, cualquier deuda del alma. La vida siempre te pone más en pruebas, que las que tú mismo le retas a ella. Pagar una deuda emocional, es tener la valentía de cerrar una diferencia con alguien, de acercarse a un ser que decidiste alejarlo de tu corazón, por una estúpida o merecida razón. Pagar una deuda emocional, es quitarte del alma el peso de algo que tú mismo te impusiste algún día, o te colocas todos los días.

Muchiiiiismas veces, dedicamos muuuuuchoooo tiempo en pensar cómo solucionar algo, y unos pocos segundos en solucionarlo. ¿Cuánto pesan esos intereses? ¿Cuánta vida se nos va, como unos tontos?

Nunca podrás evitar que aves de tristeza vuelen sobre tu cabeza. Pero siempre podrás evitar que ellas aniden en tu cabello.

La gente siempre te afectará por algo, ya sea porque lo generes,  te lo creas, o porque te lo merezcas, pero cada vez que puedas intenta saldar tu cuenta de pendientes emocionales, que afectan la pureza del alma.

Puedes calcular tu balance ya, para saldar tus deudas emocionales. Escribe en un cuaderno, en forma de columna, las siguientes palabras: Rabias, Odios, Temores, Roces y Rencores. Luego, debajo de esas palabras, coloca tres descripciones que tengan que ver con esas palabras, pero relacionadas con tu vida, con tus vivencias. Una vez descritas, ya tienes un balance, ya sabes que son deudas emocionales que afectan tu alma, que restan energía y debilitan el foco de la vida. Ahora comienza a saldarlas, ya que al verlas te darás cuenta, que la mayoría son estupideces, y que desde ya puedes decidir olvidarlas, pasar la página, o simplemente perdonarlas.

Acostúmbrate a tener en positivo el balance de cuentas emocionales del tu alma.