Hay gente que quiere y desea, pero no hace nada de nada, por lo que anhela, convirtiendo esa actitud  en una sombra que quita brillo, y sensatez,  a cualquier sueño…

En una reunión, dos amigos estaban conversando sobre inconformidades que tenían sobre algunos de sus trabajadores. El comentario se centraba sobre las constantes excusas de ellos, para hacer específicas tareas, que en la rutina de trabajo afectaban la productividad de la oficina. El centro del relato tenía que ver más con la frecuencia de lo que sucedía, que con la gravedad de las inconformidades mismas.

Prestando atención, a lo que comentaban, me di cuenta que las excusas se centraban en la tendencia de la gente a no asumir ciertas labores, por no saber, lo que deberían conocer. O por la costumbre de la gente en incumplir lo que prometían. O en la constante escena de escuchar la promesa de ser mejor, pero sin demostrar alguna mejoría.

Ellos sin querer estaban hablando de las zonas oscuras de sus trabajadores.

¿Qué es una zona oscura, entonces?

Es una metáfora o expresión, que tiene que ver con las zonas de tu vida que no dan luz, que te hacen estar a la sombra de alguna capacidad de respuesta, en la oscuridad del no saber, ya sea por conformidad, por pereza, o por cualquier otra cualquiera razón.

Una zona oscura es una debilidad que afecta cualquier aspecto de tu vida, la cual puede mejorar, pero en la cual no haces nada. Se sabe que la tienes, pero no afrontas con responsabilidad el convertirla en brillo.

Se dice zona de oscuridad, a diferencia de zona negra, ya que en el fondo se trata de cosas, que aunque parecieran no ser graves, siempre afectarán tu efectividad de alguna manera. Muchas de ellas, tienen que ver con el arte de ser cómodo, sabiendo inclusive, que algunos problemas te pueda atraer.

Hay tres contextos, con los que trataré de explicar este concepto, para que tú mismo puedas hacer un inventario de tus zonas oscuras, y así poder generar una oportunidad de dar luz, a ellas mismas.

Estás en zona de oscuridad, cuando tienes la conciencia  de que tienes que saber algo, pero no le dedicas el tiempo para aprenderlo.

Recuerdo en la conversación de mis dos amigos, que se referían a una persona que debería escanear ciertos reportes, pero que siempre salía con una excusa, porque dependía de otra persona, siempre, para hacer dicho escaneo.

¿Qué cuesta aprender el escanear un documento?

Prácticamente nada, pero la zona de oscuridad tiene que ver con la comodidad de depender de otro, para cumplir con tus deberes, obligaciones y responsabilidades.

Aquí entra en juego dos factores, el primero que tiene que ver con la comodidad de hacer algunas cosas de la vida, que ameritan de tu ejecución, y la increíble ceguera de no poner un granito de esfuerzo en aprender algo, que es tan sencillo y útil en la vida.

Es más que flojera, es una especie de media irresponsabilidad en no querer saber o dominar algo que tiene que ver con tu transitar de vida.

Estás en zona de oscuridad, cuando anhelas algo, pero no te dedicas a conquistarlo.

Hay personas que quieren viajar, pero no logran hacerlo.  Hay muchos que desean trotar, pero no mantienen la responsabilidad en la constancia de hacerlo. Hay personas que no saben nadar, pero dejan para algún día, el quizás aprenderlo (cuando no saben que algún día, en esta actividad, puede ser el último, o una gran oportunidad).

Esto sucede cuando no tienes claro los objetivos, o sencillamente, no deseas el conquistar ese algo. No es de verdad el anhelo, es superficial, circunstancial o temporal. Sin saber, que talla tu espíritu de voluntad y tu garra de conquistador de objetivos.

Cuando te acostumbras en abandonar tus objetivos, te vuelves un irresponsable silencioso, que cree de paso, que por no lograr ciertos objetivos, nada importa en nada. Te la pasas dejando para el recuerdo, dicha actividad, convirtiéndote en el primer embustero de tu propia existencia.

Éstas en zona de oscuridad, cuando la indecisión domina tu estilo de decisión.

Hay personas que viven su vida en una permanente e intensa indecisión, sin saber los segundos de vida que pierden, y sin entender cómo vuelven amargos  instantes de oportunidad.

La vida es decisión, nacemos para ello, para tomarlas cuantas veces sea necesaria, y para en el arriesgarnos, conocer el sabor del triunfo, o entender la sabiduría de un error temporal.

Sin decidir nunca te harás irresponsable, siempre dependerás de otro, nunca conocerás de verdad, que tipo de fortaleza tiene tu manera de pensar. Los indecisos no llegan a líderes, solo ejecutores de lo que dicen otros.

Pasar de oscuridad a luz, es más sencillo de lo que imagina. Sólo atrévete a contestar las siguientes preguntas, y dar el primer paso de un mejor mañana.

   1.- Escribe las cuatro cosas más prioritarias que sabes debes conocer (falta de conocimiento) o mejorar, pero que por alguna razón, hoy, todavía, no forman parte de tus fortalezas. Una vez escritas, busca quien te ayude y colócale una fecha en la cual, ya serán brillo y resplandor.

   2.- Escribe cuatro decisiones, sobre asuntos pendientes, que debes tomar, para terminar con la incertidumbre que te producen o la inconsistencia con la que te hacen vivir. Llama a quién esté vinculado a tu indecisión, y de una vez, retoma el control de tu vida. Afronta con sabiduría la realidad, y verás más brillo en ella.

¡Qué esperas!, te estoy viendo…